Ayer no sabia tu nombre
mi mente se recreaba
tan solo
en tu bella imagen
y los ojos negros de tu dulce rostro
gravitaban en ella.
En aquella percepción de ti
de tierna adolescente
en aquel transporte público
en que coincidimos sin querer
en alguna ocasión
en algún lugar
sin espera alguna
en el fluir de la vida
en esta ciudad.
No abrigué ilusión,
ninguna,
me ubiqué en la realidad
de mis creencias
y de mi existir
por prudencia y desengaños
solo sonreí
pero no para ti
sino para mis adentros
rememorando las ilusiones sin futuro
que me causaron frenesí.
Pero ahora
que me has mirado
como lo has hecho
y que se han cruzado nuestros caminos
he buscado aquel nombre
que coincida con tu imagen
me volví amigo de algunos de tus amigos
y ensayé tu nombre en el facebook
hasta dar completamente contigo…..
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarLa crítica a este poema aunque si bien ya te la dije por teléfono, ahora la recalco. No existe, cuando la palabra nace del alma y del sentimiento puro que en la misma reside, mejor crítica que la satisfacción de saberse poseedor de la materialización del sentimiento expresado en las palabras.
ResponderEliminarwhat??? att halcon
ResponderEliminarMi poeta amigo, Santí, colega de profesión. Siempre tan compresivo. Gracias por tu opinión, pero si entre tinieblas me encuentro, ayúdame a salir de ellas.
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